En Este Hermoso Dia Queremos Invitar, A Todos Los Que Son Jefes Que Le Pidan Mucha Sabiduria A Dios, Para Saber Entender A Las Personas, Que Le Sirven Con Amor.

miércoles, 10 de febrero de 2016

Los 4 tipos de jefes que no debes de ser

¿Eres jefe o lideras a un grupo de personas? Entonces, más te vale no convertirte en es
  • Eso de odiar a los jefes o líderes de proyecto, como quieran llamarles, es una tendencia que parece que nunca tuvo inicio, y que tampoco va a desaparecer. No porque uno quiera darle mucha importancia a quien gana más dinero que uno en el trabajo, más bien porque en muchos casos el jefe o líder adopta una postura como si fuera la misma miss universo.
    Es una realidad que pocos seres humanos están preparados para enfrentar el "éxito", y todavía son menos los exitosos que saben convivir con otros seres humanos en una esfera de respeto y confianza. Si a esto le sumamos una vida laboral complicada, y vayan ustedes saber el ámbito en que creció el jefe o líder en cuestión, entonces, cuando se le otorga el "báculo del poder" o el "mando sagrado", pues ya estuvo que se creyó el décimo tercer apóstol, y de ahí para arriba.
    Por ello, si tú ya eres jefe, líder de proyecto o, recurriendo a un término más coloquial, el mandamás, o estás por serlo, te presento a continuación cuatro perfiles de jefes que debes de evitar a toda costa:
  • 1. El que nunca está

    Teóricamente, un mando alto significa que esa persona sabe más (en aspectos técnicos o de resolución de problemas) que los otros (ojo, digo teóricamente, o al menos así debería de funcionar). Entonces, si ese jefe nunca está cuando sus subordinados lo requieren o alguna circunstancia particular en la empresa, el clima laboral se volverá difícil. Primero, las tareas se tornarán más lentas, además de que se generará envidia entre los demás empleados. Si en dado caso, el nuevo puesto requiere viajar de forma constante, entonces hay que hacer un plan para estar disponible de alguna forma para resolver eventual
  • 2. El dictador

    Este es el típico jefe que se cree todopoderoso, quien pide que se trabaje los domingos en la madrugada, o que no entiende que todas las personas tienen vida fuera del trabajo. Cuando se suscita alguna emergencia es claro que se debe actuar en consecuencia, pero esto no se trata de dejarle todo el trabajo a los demás y únicamente limitarse a hacer una llamada para pedir y pedir y pedir.
  • 3. El gritón

    En lo personal es el tipo de líder que me cuesta más trabajo aceptar. Es ése que piensa que con levantar la voz, dar manotazos al aire o a objetos y gritar cualquier grosería, piensa que tiene don de mando. Es triste y lamentable. Generalmente, estas personas fueron abusadas de la misma forma en su momento y buscan desquitarse, lo cual es terrible, porque se crea un círculo vicioso que en definitiva alguien debe romper. Elevar la voz y tratar de imponer la "ley del garrote" no habla bien de alguien 
  • 4. El que no sabe cómo llegó a ser jefe

    ¿Les suena familiar? Éste desconoce los procesos y, peor aún, no se da a la tarea de empaparse del ambiente que lo rodea. Este líder habla con inseguridad (es el extremo del gritón), no tiene idea de lo que los otros le comentan y por ello prefiere casi siempre dejarle las responsabilidades a otro; claro, mientras él cobra mucho más y goza de innumerables .
    Lo cierto es que, ¿sabes cuál es el problema de fondo? (Y la pista, por cierto, te la doy en los enlaces). Que todas las personas por lo general nos transformamos en un ser muy diferente cuando estamos en una posición donde podemos ejercer poder. Un artículo como éste no tendría sentido en esta página si no fuera porque ser padre, ser madre, es ubicarse en una posición de poder. Así que piensa: ¿Eres un padre o madre ausente, dominante, que resuelve las cosas a gritos? O peor todavía: ¿Eres el tipo de padre o madre que no tiene ni idea de cómo llegó a serlo y, como dijo Joan Manuel Serrat no conoce ese oficio y no tiene tampoco la vocación?
    Así pues, la petición es que lo pienses 36 veces antes de convertirte en alguna de estas terribles personas, para bien tuyo, de tu pareja y, sobre todo, de tus hijos.