Un bebe es el mejor regalo que Dios me pudo a ver dado, pero para criarlo siempre es bueno tener una buenas pautas para hacerlo muy feliz

domingo, 23 de octubre de 2016

Recién nacidos – Cómo hacer feliz a un recién nacido

Diez propósitos para alcanzar este objetivo

A diferencia de otras especies evolutivas cercanas, el ser humano nace en un estado de indefensión manifiesta, lo que lo hace muy vulnerable y dependiente de los cuidados prodigados por otras personas, predominantemente la madre.

La felicidad se define como un estado del ánimo que supone una satisfacción. Quien está feliz se siente a gusto, contento y complacido.

El objetivo de hacer feliz a un ser humano en las condiciones descritas anteriormente, puede fundamentarse en los siguientes elementos constituyentes:

 1
El vínculo afectivo, que se inicia desde que el recién nacido es deseado por sus padres, se incrementa durante la etapa prenatal y alcanza su máxima expresión después del nacimiento, fortalecido con las vivencias cotidianas propias de una buena crianza.
2
La lactancia materna, que más allá de las inmensas bondades nutricionales que le brinda al recién nacido, es una fuente de apego seguro que fortalecerá la relación madre- hijo como la más trascendente a lo largo de la vida.
3
El contacto piel a piel desde los primeros minutos posteriores al nacimiento, con su madre y también con su padre, que se constituye en un elemento de estimulación y relajación mediado por el sistema nervioso del niño, mediante la secreción de hormonas tan importantes como la del crecimiento y la insulina.
4
La atención oportuna y eficiente al llanto del niño, que representa la única forma de comunicación que posee al nacer y que si es entendido y atendido por la madre, le enseñará al recién nacido que el mundo al que llegó le es favorable y que hay personas que le ayudan a resolver sus necesidades fundamentales
5
La promoción de un ambiente tranquilo que le permita al recién nacido un proceso de adaptación gradual al mundo exterior, que se expresa  en los prolongados periodos de sueño (entre 14 y 16 horas por día) que solo son interrumpidos por la necesidad de recibir alimentación.
6
El establecimiento de espacios de estimulación adecuada en las horas de vigilia (cuando está despierto), que le permitan que sus órganos de los sentidos ya presentes al nacer, se desarrollen plenamente de acuerdo con la reflexión de Jean Piaget:  mientras más ve y más oye un niño, más quiere ver y más quiere oír.
7
La eficiente resolución de sus necesidades primarias referentes al baño, el vestido y la temperatura adecuadas, que le generarán al recién nacido un sensación de comodidad y tranquilidad tan necesarias para su crecimiento y desarrollo adecuados.
8
La generación hacia el niño de condiciones favorecedoras para su naciente autoestima como el arrullarlo, acariciarlo y acunarlo además de hablarle y cantarle en un tono adecuado, condiciones estas que lo harán sentirse querible, fundamento importante de su nivel de autoestima.
9
El procurar que el recién nacido tenga libertad plena de movimientos para que vaya percibiendo el mundo a su alrededor e interactuando de una manera gratificante y enriquecedora.
10
El tener claro que los niños  se constituirán en promotores de goce y felicidad para sus padres, ayudando a superar los momentos de tensión y ansiedad inherentes al nuevo rol parental asumido por ellos, expresado claramente en la reflexión de que cuando nace un niño nacen tres personas: un padre, una madre y un hijo.